sábado, 6 de diciembre de 2008

CONTRA LAS ARENAS DE CRONOS






Cuatro de la mañana. Una noche cualquiera, sin nada que hacer, más que conversar contigo. Cómo pasa el tiempo, sin duda, volando, acá, hablando por chat. Qué risa, hemos estado dialogando aproximadamente dos horas, ¿de qué? Créeme, aun no lo sé. Nuestra conversación comenzó con las preguntas típicas, preguntas introductoras, para luego seguir con un tema cualquiera, que no duró más de lo que dura la flama en un cerillo, y sin darnos cuenta, pasar luego a otra totalmente radical. No seguía ninguna consecuente, disparaba para cualquier lado, y así, nos saltábamos de un tópico a otro. Desde lo rico que es el café a cómo te fue en el parcial, transitando desde política hasta navegar por religión, desde los colores de Venus hasta las lunas de Plutón. Que disconcordancia la nuestra, nada tenía sentido, pero todo a la vez, formaba uno. Este hilo conductor sin dirección específica me mantenía despierto, cuando solo tenía tres distintivos iconos amarillos en la polvorienta lista, que aun no termino por conocer, de los cuales estabas tú, un “no me acuerdo” y el es.encarta@botmetro.net, motivo por el cual, eras el anfitrión de la noche. De pronto las arenas de cronos comenzaron a surtir efecto en mí con mínimos bostezos, un peso distinto en mis parpados me recordaban las leyes de Newton y un estado de hipnotismo y aletargues rodearon mi mente. Pero aún así, quería seguir despierto. El frio vestía el ambiente, mis ojos secos se humedecían cada cinco minutos, la inestabilidad corporal me informaba de mi estado. Y de pronto, entré a una especie de histeria colectiva, yo y mis otros yo. De la nada y del todo, lo que escribía ya no tenía sentido, no coordinaba mi gramática, sintaxis, y para que decir la semántica. Desvestía una dislexia a causa del cansancio. Mi mente había entrado en un desfasaje y mis dedos eran consecuencia de las mismas. Y, después de unos minutos de rebeldía, encontré que no podía seguir luchando más con Cronos. Mi cuerpo me había soportado todo el día, y era hora de compensarlo. Fue ahí donde me rendí. Decidí que era tiempo de sumergirme en el océano onírico, y bucear allí por unas dos o tres horas… o quizás más; navegar por mi inconsciente y hacer una sutil regeneración espontánea a mis células somáticas y psíquicas. El reloj se había detenido en el tiempo, y el pájaro cucú había anunciado la hora de despedida… no era esto es un adiós, sino un “hasta pronto”. Las velas ya ardieron lo suficiente y no quería provocar un incendio, y, luego de un zumbido y tres iconos después, me largué. Cerré mi cuenta y dormí.

[NO CONCTADO]


jueves, 27 de noviembre de 2008

Dedicado para mi amigo "EL PAYASO"

En principio surgió por una pintura, un retrato… o mejor dicho, por un auto-retrato. Y todo lo demás fue psicoanálisis. Un psicoanálisis informal, pobre de método, infecundo de teoría… solo una forma de escuchar e interpretar… utilizar la empatía, la mera forma de ponerme en tu lugar, aunque ya tenía un conocimiento previo de tu persona.

Muchas veces jugamos a las escondidas. Uno cuenta y todos los demás se van a esconder en lo primero que ven y en lo que consideran “un buen escondite”. Algunos detrás de un árbol, otros debajo de un auto y muchos otros, detrás de una apariencia. Nos escondemos de nosotros mismos, nos escondemos para que no nos encuentren, para no mostrarnos tal cual somos. Lo hacemos para sentirnos protegidos, tranquilos (aún siendo una simple tranquilidad precaria), detrás de un “antifaz”, una vil máscara para resguardar nuestra identidad... una forma para no permitir que la gente nos conozca del todo; para confundir al espectador, para tener el control, para no estar vulnerables, para no recordar la inconformidad de tu persona…

Pero, ¿Que sucede? ¿De qué te escondes? ¿Por qué no dejas que la gente logre verte? ¿Qué hay de malo en ti? ¿A que le temes?...

Son las preguntas que debía responder un payaso. Un amigo.

¿De tantos disfraces, por qué de payaso? ¿Crees que es lo suficientemente bueno para lograr esconderte? Al parecer sí. Un payaso triste me dices tú, uno radicalmente diferente a los otros… pero, ¿No es que su función es hacernos reír? ¿Hacer tonteras?, entonces, ¿Por qué uno triste? ¿Por qué no quieres ser uno convencional? Es fácil: "no quieres sentirte obligado a actuar para ellos, como ellos quieren que actúes"…[interpretación analítica]
¿Crees que a través de esa extravagante peluca y kilos de maquillaje no podrán ver a la verdadera persona que se encuentra escondida detrás? La forma de payaso es una manera segura de ocultarte, guardarte, y que, con cualquier otro disfraz, sentirías que no bastaría para lograrlo… ¿cierto?
Lo del payaso es un detalle, solo una manera concreta de cubrirte, un medio para manipular las apariencias…

Es verdad, en muchas ocasiones no admitimos cosas, porque no nos gusta como suenan, no mostramos todo, porque no nos gusta cómo se ven. No dejamos salir a la superficie toda la verdad, porque nos produce malestar… buscamos como dices tú, escudos más aptos, mas estabilizadores, para poder seguir caminando en esta vida; así nos sentimos más tranquilos, porque les mostramos a los otros algo agradable, porque nos mostramos a nosotros mismos algo más agradable. Somos atractivos, encantadores o, simples disimuladores. Pero cuando nos detenemos un rato… sabemos que no lo somos, sino que fuimos un payaso más todo el día, una marioneta social, un juguete creado por nuestra imaginación, un auto-retrato con sobre montajes y que, cuando cae la noche y todos se van a sus casas, cuando logramos estar solos, es ahí donde se acaban nuestras caretas, es ahí donde nos sacamos la extravagante peluca, nos quitamos el pintoresco maquillaje, es ahí donde logramos dormir, porque es recién ahí, donde nos encontramos. Nos miramos al espejo y sabemos lo que vemos, a nosotros… nosotros mismos, sin maquillaje, sin peluca, sin caretas… alguien indefenso que se oculta para que no lo encuentren, pero que, tarde o temprano, lo hacen… 
“1, 2, 3…. ¡Por mí y por mis compañeros!”…
Game over

(Esto está escrito para todos los que usan disfraces confortables en sus vidas. Apariencias en el día y tristezas por la noche… pero sobre todo, esto esta escrito para ti, mi buen amigo “el payaso”)
[No te preocupes, ¡Animo!, con la ayuda de Dios lograremos para siempre, guardar ese disfraz en el armario, dejarlo ahí y no sacarlo más]

domingo, 26 de octubre de 2008

PLACERES FREAK

Mientras veía una película francesa, me quedé fijado en una parte donde mostraba a una chica que disfrutaba cada vez que iba al mercado, meter sus manos en un saco de… no recuerdo si eran de legumbres o de frutos secos. También por las tardes le encantaba tirar piedras en un arroyo y quebrar con la cuchara la superficie crujiente de los postres. Independiente de todo el contenido psicológico que tenía ese films, me puse a pensar en esos pequeños placeres que cada uno tiene debajo de su almohada. Cuando me refiero al término “placeres freak”, no me refiero a placeres locos o distorsionados, sino más bien a una especie de conductas interpretadas por cada uno como fuentes de bienestar, diferenciado totalmente a las que son conocidas por la sociedad de cada cultura.
Los placeres convencionales para algunos son el chocolate, el dormir, el sexo, la comida, un baño de tina y los placeres culpables: el alcohol, el tabaco, la velocidad, de vuelta el chocolate, etc. Sin embargo, existe un mundillo paralelo a este, regido por el mismo principio: “El placer”.
Los placeres freak son deleites de gran valor para el sujeto, pero cómico para el resto de las demás personas. Por eso se mantiene guardado bajo la privacidad, solo contado a los más cercanos en esos momentos donde el ambiente es grato y se cuentan cosas graciosas, y uno quiere contar lo más estúpido que le ha pasado o ha hecho, y viene otro que lo quiere superar… y así.
Ahora, escribiré algunos que me fueron contados bajo confidencia, pero que me permitieron narrarlo en este blog. Por eso, para guardar su identidad ante el escrutinio público, sus nombres serán remplazados por símbolos, pero sus placeres expuestos de forma abierta ante ustedes a modo de ejemplo.
Este es el caso de paz, una chica que le encanta desde pequeña, cuando va a casas ajenas, morder jabones. Le encanta morderlos, pero dejó bien en claro que no cualquiera, sino los que tienen colores más llamativos y rico olores.
Alegría, disfruta tocar cabellos de otros, meter su mano por el cuero cabelludo y acariciarlo. No obstante, también dejó en claro, siempre y cuando se vea limpio y sedoso.
Pereza, que me relató algo, no sé si bien es un placer freak o un capricho adrenalínico, pero lo cuento igual. Le gusta cuando va caminando por la ruta, acostarse rápidamente en ella, antes que pasen los autos.
¿Consideran que son suficientemente "freak"? No lo creo, si ustedes tienen alguno, de seguro que sí, o más de uno, y creen que pueden superar a los anteriores, escríbanlo con toda confianza en la sección de “comentarios”. Ahora, si les da mucha vergüenza, ponga la opción de “anónimo”. Veamos cuan "Freak" pueden ser sus placeres...

Mesa para uno

Disfrutando del nuevo individualismo. De pasar tiempo con gente sin dependencia alguna.
Cuando te desligas de los demás, cuando aprendes a no depender de otros para pasarlo bien, cuando cortas el cordón umbilical y sabes realmente que significa “independencia”, cuando aprendes a desconectarte del mundo… es ahí donde comienza la belleza de la soledad. La libertad de hacer lo que quieras en función de tu criterio. Más tiempo para leer, más tiempo de ver películas con enigmas y poder retroceder todas las veces que quieras hasta entender la escena, más tiempo para organizarte, para el estudio, para escribir, para el arte, y todo lo que a uno se le ocurra. Más tiempo para reflexionar, conocer nueva gente, recurrir a los amigos que dejaste en espera en la tintorería y disfrutar de su compañía, de ir en tu vida a la frecuencia y velocidad que más me apetece. De estar más callado, y escuchar lo que hay en el entorno… y comprenderlo.
Es así, necesitamos tiempo para compartir y tiempo para nosotros mismo. Cuando estamos constantemente con los demás tendemos a olvidarnos de nuestros momentos a sola. Cuando estamos solos, retornamos a las actividades que habitualmente no hacemos rodeado de individuos, o por lo menos, no le dedicamos el tiempo necesario. Pero cuando pasamos mucho tiempo en soledad, extrañamos a los otros. Y nos vamos saltando de polo en polo. Hasta que encontramos el punto medio, la línea ecuatorial, cosa que es mucho más satisfactorio. Pero algunos, como yo, suelen ser algo más extremistas. Por lo que recurro de vez en cuando a escaparme de la sociedad, de su ruido y refugiarme en el Tíbet yoico. Pero no hay que ser cínicos, mucho rato en soledad aburre, por lo que vuelvo a integrarme a la masa, lo que muchas veces, como consecuencia, encuentro algunos cambios. Pero me adapto, como lo hecho siempre. Sin embargo, en estos momentos disfruto de una mesa para uno.

sábado, 4 de octubre de 2008

1+1= 2 Décadas

Eran las 00:00 hrs. de una calurosa noche primaveral. El tiempo había llamado a la puerta. Era de esperarse… "las dos décadas". Presentía en estos días su visita, rumores, solo que no imaginaba su permanencia. Nos miramos cara a cara por unos segundos. Fingía que no me importaba su presencia, disimulaba mi expresión ambigua... pero estaba ahí, frente a mí, fuera de la puerta. Le invité a pasar y a conversar un poco. Hablamos de la vida, de la vida recordada y resaltada. De estos veinte años. Pero ¿veinte años de qué?... ¿De alegrías?, más de una ocasión. ¿Tristezas?, posiblemente. ¿Añoranzas?, Quien sabe. ¿Ensoñaciones?, en cada momento. ¿Miedos?, naturalmente. ¿Fortalezas?, definir exactamente. ¿Inseguridades?, como cualquiera. ¿Autonomía e independencia? Sin duda… Y fue justo ahí cuando me di cuenta que se había cerrado un ciclo. Estos veinte años estuvieron para concretar una quinta parte de todas las decisiones. Mis decisiones. Una que inmiscuía a la infancia, adolescencia, y ahora a la adultez. Los primeros años de esta juventud algo más madura que el ayer.
¡Veinte años!… ¡veinte años!… ¿será necesario repetirlo varias veces para creerlo? No es nada. Todavía un impúber. ¿O ya debería empezar a reconocerme como un adulto?... es ambiguo el sentimiento. Me siento y me comporto muchas veces como un infante, pero por otro lado, veo que se aproximan presiones sociales desde el oriente y poniente para situarme como alguien que ya tiene responsabilidades.
Entré a una especie de crisis sutil. No es el hecho de la edad en sí, sino la forma en que transcurre el tiempo. Hasta ayer, el ayer, me encontraba jugando en la tierra, imaginando realidades efímeras, dando vida a objetos inanimados, deduciendo cosas más allá de la razón, como que el sol se escondía para descansar en las profundidades del mar cuando observaba los atardeceres en la costa, cuando solía preparar estrategias para atrapar a papa Noel en Nochebuena sin resultado alguno, cuando abría un obsequio y lo hacía con ansias para ver que juguete era , cuando aún estaba apto para saltar en las camas saltarinas y tirarme por los toboganes, cuando vivía en mi burbuja infantil, y ahora, me sometía al presente. Veinte años. Que en realidad se siente que fue menos por todo este tema psicológico de la amnesia infantil.
…Ya era algo tarde, de una manera persuasiva dejé que el tiempo se despidiera, y otra, se quedara. Al día siguiente, fue un día como cualquier otro, con la diferencia que caminaba con un año más encima. No obstante, desperté algo choqueado, en un sentido figurado. Sabía “objetivamente” que tenía veinte, pero aun sentía que me encontraba parado en la década anterior. Cada abrazo del día, cada felicitación, cada saludo, fue una manera de hacerme aceptar la realidad. Una forma de no olvido y refuerzo para que tu “yo” comience a internalizar y a identificarse como alguien que ya está en la era veinteañera.
Es gracioso, desperté aquel día algo incómodo, algo susceptible, con la sensación que tenía en la frente impregnado un cartel que anunciaba mi cumpleaños, pensando que cada extraño que pasaba lo percibía. De algún modo esperas que todos se acuerden de tu día, pero al final recuerdas que solo tus verdaderos amigos y familiares son los que lo tienen resaltado en el calendario. Fue recién al día subsiguiente que desperté con una sensación más calmada y agradable. Encontré el sol más brillante que otros días y respiraba un aire diferente, ese aire que solo se respira a los veinte. Ahora oficialmente puedo decir que tengo dos décadas.
Aquí es donde realmente comienza la verdadera vida. Un nuevo nacimiento. Solo este giro repentino, crea un poco el desequilibrio. De los veinte hacia atrás, fue solo una especie de entrenamiento de desarrollo fisiológico-evolutivo-cognitivo-emocional, para poder entrar a una realidad distinta, a una realidad que solo se da después de los veinte, una que aún desconozco, pero que se irá dando de forma paulatina. Acá es el comienzo de grandes cosas… desde ahora y desde aquí…ya abandoné para siempre los diecitanto… comencé una nueva década.
Esta ante mi presencia el inicio de un nuevo mundo… visualizo, estructuro, imagino… cómo será estos diez años por venir… este es la época, en donde los tres tiempos se mezclan, sigo viviendo el presente de una forma igual al ayer, sobrellevando un duelo por el pasado, y proyectando de forma anhelosa las vicisitudes del futuro.
Las velas han sido sopladas y los deseos pedidos… y la vida continúa tal cual como hace 24 horas atrás. Hoy me preocupo de seguir, de avanza, de reconocer que ya tengo veinte años, de las cosas simples y detalladas. Pero eso sí, ya tengo una cita a medianoche del próximo veinticinco de septiembre, cuando el tiempo vuelva a tocar a la puerta, solo que esta vez, será esperada, protocolar y cortés.
Si este ensayo fue para los veinte… imagínense para los treinta… jajaja
Las veinte velas han sido apagadas.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Encantos do Brasil




Barriendo y sacudiendo cosas en mi memoria, saco pequeñas nociones de aquel país más grande de Sudamérica que quiero dejar plasmado en palabras. Son pequeños episodios entrecortados sin ninguna secuencia lineal, flash back teñidos de olores, colores, esencias y alguno que otro momento indescriptible.
Sao Pablo. Zona rural. Siglo XX, a pasos del siguiente milenio. Rodeado de verde y más verde, ante la presencia de gente extraña hablando un idioma extraño. Ahí fue donde conocí a Jack, el rottweiler, el primero que vi en la vida; a ese gigantesco saliendo debajo de la mesa de aquel particular restaurant, con su enorme cabeza y sus tres distintivos pelos blancos a la altura de la sien, haciendo que saltara tres pasos hacia atrás por el susto. Aquellas inolvidables veces donde el muy miserable se recostaba en la escalera para no dejarme subir y, en ocasiones, bajar...
Vuelvo a mí. Estoy frente al notebook tecleando los últimos puntos, cuando se viene otro episodio.
Clima templado. Lluvia primaveral, en su declive se desprende un exquisito olor a selva húmeda y el chucherío a la distancia de las aves. No puedo dejar atrás esas dos cuadras que caminaba en busca de una choza entretejida de paja y bambú, donde disfrutaba un litro de aquel extracto de caña de azúcar. A solo un “Real”. Algo tan rudimentario pero a la vez tan tecnológico, esa vieja y oxidada máquina que estrujaba aquellas cañas y que daba como resultado un concentrado no apto para diabéticos.
Esas golosinas que sacaba del estante con el único fin de obtener los sticker y así coleccionar los personajes de la Warner Bros que tarde o temprano perdía.
Las innumerables ocasiones en que me escapaba a jugar playstation a un local donde lo único que me lograban entender eran los juegos que le indicaba con el dedo para jugar. Aquella señora, dueña del recinto, mujer no más de cuarenta años, de tez achocolatado y cabello trenzado, que irradiaba alegría, en donde continuamente mostraba su juego dental algo deteriorado sin los jugadores delanteros, no obstante, su sonrisa primordiaba.
Y para finalizar, la vez donde nos íbamos camino al aeropuerto, para darnos cuenta allá que nuestro avión estaba ya a más de mil pies de altura. Pobres de ellos que tuvieron que pagar dólares de más para cambiar el pasaje, bien de mí que tuve, junto con el resto, que quedarnos tres benditos días más en aquel exótico lugar. Y la rutina… ustedes ya lo saben.



Sol, palmeiras e praias... sejão bem vindos a Brasil

domingo, 31 de agosto de 2008

Noche de Melancolía


La noche estaba sensacional. Pedí unos minutos para estar afuera. Me sentía algo melancólico por alguna razón que no comprendía. Quería estar por un momento solo, pero no apartado. Nada mejor que a las afuera de una noche cálida con brisas frescas. Una instancia para estar solo, para pensar en nada, para hacer nada, distraerme de las cosas, en donde la sensación del viento renovaba… relajaba. Quería hablar con alguien, pero a la vez quería estar en silencio, quería que alguien me ayudara a hacer introspección, pero a la vez no quería que nadie se entrometiera en este sentimiento. Uno que al parecer, suele ser rechazado por los demás, pero que ocasiones es algo necesario. La necesitaba para detenerme, desacelerarme, interrumpirme por un rato en el tiempo y pensar, para indagar, para estar conmigo y no estar ocioso, para extrañar, para anhelar, para conectarme con algunos detalles, para disfrutar de la naturaleza, para inmiscuirme en una noche cálida de brisas frescas, y recordar cuanto me gusta la fuerza del viento en una noche así, para darme cuenta a quien recurrir en estas situaciones y saber que hay alguien con quien compartirlo, alguien que sabes que no interrumpirás su continuo movimiento, en sus asuntos, por mas amigo o conocido que sea, alguien a quién, por confianza, demostrarle un momento de vulnerabilidad y saber que va a estar feliz que accedas a ella, alguien que sin importar lo que haga o la distancia, va a estar disponible a tus caprichos y siempre con una palabra de aliento, por más insignificante que sea el tiempo disponible.

“Nada como una buena noche cálida y ventosa para inspirar algunos versos. Dios creó este mundo perfecto y aunque ya no lo es más, la naturaleza me hace pensar que un día lo será otra vez…”

mensaje de texto, 23:38 hrs.

Y fue así como seguí por unos momentos más en esta melancolía aunque ya algo desvanecida, gracias al viento que despeja mis ideas y se lleva consigo las tristeza, al interés existente de esta persona y al silencio teñido del sonido de la noche, que logra socavar al ruido del dia y darme el espacio para meditar de algunas cosas. Y después de un rato, quebranté la instancia de la soledad y continué con mi vida… me incorporé a mi amigos, volvimos a hablar de tonterías y cosas graciosas, sin mencionar los minutos anteriores, ver una película y dormir…

martes, 5 de agosto de 2008

Bochorno en París


En mi gran viaje al Medio Oriente, Líbano, por motivos familiares, hicimos escala en París, tanto de ida como de vuelta. En el regreso, año 2000, nos quedamos seis horas en el aeropuerto. En eso, mientras mi abuelo hablaba árabe/francés con una de las encargadas de información sobre nuestro vuelo, con mi primo, de ese entonces catorce años y yo, de 11, nos empezó a dar gracia la forma en que hablaba y los ademanes que hacía la señorita, una especie de mímica (el idioma preferencial para la comunicación) que desató la burla de mi primo hacia ella, y claro, para seguirle el hilo, yo muerto de la risa. Sabíamos que ella no hablaba nuestro idioma. En esas cosas de la vida, luego de nuestro rato de humor, mi primo le comenta algo a mi abuelo, a lo que la pobre francesa aludió: "Ahh!!! ustedes también hablan español...
Estas cosas, son situaciones que en un momento dado, te produce la pigmentación rojiza de las orejas y/o mejillas y unas ganas enorme de salir corriendo, pero, con el tiempo, no es más que una entretenida anécdota para contarlo en un blog. En este blog. Y sin más, esta anécdota, espero que graciosa, tal y como la recuerdo, ha sido publicada.

Santiago

Las compuertas se abren y se cierran. La gente entra y sale. Y así, por catorce paraderos. La rapidez de afuera corre distinto a como se percibe por dentro. Tiempos paralelos. Yo, en un extremo medio, entre la multitud, con una mano sujetando uno de lo elementos para mantener el equilibrio y con el otro, mi cappuccino, me di el lujo de observar a las personas. De todos modos, no tenía otra cosa que hacer más que darle sorbetes a mi café recién salido de la máquina de un local cualquiera. Entonces, desde U. de Chile a Tobalaba, fue donde comencé a visualizar el abanico de personas que entraban y salían del metro. Cada una con diferentes personalidades, diferentes estilos, diferentes psiques... Cueros, rastas, trenzas naturales, coloridas, estudiantes, ejecutivos, abuelas, habladores, retraídos, dormilones, relojes, carteras, bananos, mochilas de diferentes marcas, diferentes precios. Y así, se iban yendo, de acuerdo a su paradero y entrando nuevos en su remplazo. Jeans, cotelé, bufandas, gorros, boinas, negro, rojo, azul, negro y mas negro, verde. Gente contemplando a otras mientras hablaban con otras de forma pausada... gente pausada, apurada, hablando por celular, escuchando mp3 y, de pronto...
Lo siento, he llegado. luego les sigo contando... tengo que avanzar con la gente para desocupar espacio, esa que hace un instante, estuve visualizando. Me dirijo a plaza Egaña, con convinación 4... me cambio de metro...

Alberdi

Mientras vacacionaba en Formosa, hermosa provincia del norte de Argentina, conocí a una simpática mujer mayor. Con mis amigos, habíamos acordado pasar la frontera e ir a Asunción, pero por ABC motivos, me fallaron. Así, sin más, agarré un poco de plata, mi pasaporte y me fui a Paraguay solo. Estaba a minutos de esa localidad, ya que la única vía para pasar de Formosa a ese país (dicho sea de paso, porque limitan) es en lancha por el rio Paraná. Lugar cubierto de pirañas, o, por lo menos, fue lo que se me informó. De todos modos, no me hubiese tirado un chapuzón para verificarlo. Y así fue como llegué a Alberdi, una porción de tierra paraguaya, con forma mas bien de isla, conocida popularmente por su mercado negro.
Después de pasar todo el día en ese lugar y de haber comprado algunas cosas, una mujer no más de cincuenta años, estaba (me incluyo) esperando junto a otras personas, la llegada de las lanchas. Le pregunté a que hora llegaban las lanchas, y después de contestarme que no tenía la menor idea, pero que ya deberían haber llegado, me preguntó extrañada, por mi acento, de dónde era y, posteriormente, me comentó que tenía un enorme parecido a su hijo mayor. Muy simpática la señora, conversamos todo el trayecto de vuelta. Luego se ofreció llevarme al lugar donde me quedaba a alojar, pero al decirle que que prefería caminar unas cuadras del puerto para ir al centro de la ciudad, amablemente, se dispuso a llevarme hasta allá. Al bajarme del vehículo, me dijo que escuchara la una frecuencia "X" de la radio (que la dirigía su hijo) porque me iba a mandar saludos, y, sin más, se despidió. conducta recípreoca por mi parte.
Nunca escuché la radio, ni supe de esta mujer y, viéndolo desde ahora, me da un poco de risa; no sé cual era las intenciones de esta mujer, sin embargo, prefiero pensar que se debió a mi gran parecido a su hijo y su buena disponibilidad. De todas maneras, le envío un cordial saludo desde esta página, por su simpatía y amabilidad.

domingo, 13 de julio de 2008

El Sueño ¿Tu peor enemigo?


Engañoso, ilusorio... decimos: "dormiremos cinco minutos" pensando en que dominaremos nuestro estado onírico, mas el sueño se hace el tonto, espera que caigamos en su trampa cuyo método es hacernos creer que tenemos el control y cuando caemos... plamm!!!! nOs atrapó.
Ahora... nos costará salir de este sueño exquisito... confortante. Nos atrapó completamente y, a pesar que a veces logramos zafarnos, nos despertamos y miramos el reloj. No obstante, logra seducirnos de vuelta y nos persuade con otros "cinco minutos más" ... [como si cinco minutos más, fueran cinco horas]. Asi mandamos al carajo todas táctica que planeamos al principio: las dos tazas de café doble, la cafiaspirina o cualquier sustancia que evite la producción de melatonina. Pero, ¿habrá que rendirse? ¿perder el parcial o que nos vaya mal por no estudiar? (aunque no se debería estudiar de noche).
El sueño, a veces, tiene que hacerse el malo para hacernos bien. Es necesario para nuestro desarrollo en todos los aspectos del organismo. Creo que en algo estamos de acuerdo.
"Que es rico dormir con ganas", por ultimo valió la pena... a pesar que al dia siguiente estés con "cara de culo" [aunque algunos ya es innato] porque te fue mal en el parcial o porque los fármacos deprimieron tus opiáceos naturales.
De todos modos lector, que descanses ... mientras puedas.

Miedo

¿Qué es el miedo? No es más que otro capricho de nuestra mente que nos hace sentir vulnerables, débiles. En lo más dentro de nuestra cabeza, en los arbustos mentales de nuestro cerebro, donde no llega la luz del sol, donde vagan ideas y pensamientos, hay un pequeño abismo, una pequeña grieta, que lleva un suscrito con el nombre de “miedo”. Allí en lo más hondo, en lo más oscuro, se esconden los más tenebrosos, secretos y misteriosos fantasmas de cada uno. "Nuestros temores". Una vez leí, algo que decía: “el miedo no existe, solo está en nuestra mente”. El miedo se activa con el miedo. ¿Pero miedo a qué? Según el diccionario miedo de que nos suceda algo malo o algo que no nos gustaría que nos sucediera. Lo que hace que exista un patrón de todos los patrones que activa el miedo, que es la muerte. Miedo a la muerte. La gente no se resigna a morir.
El miedo nos paraliza, nos hace sentir inferiores a alguien o a algo, que muchas veces no vemos, que no sabemos si existe o no. “la humanidad le teme a lo desconocido”. Hasta los más poderosos e inmunes, el miedo los hace vulnerable. Vulnerable a lo que no se puede luchar. Y lo peor de todo es, que el miedo, no es algo que vemos u oímos, sino algo que sentimos. No es algo que podamos combatir externamente, sino internamente. Sin embargo, se puede percibir en el exterior. Se huele, se siente. Muchos dicen que el cerebro es nuestro mayor aliado. Nuestra mejor arma de combate. Y yo digo, que si se lo propone, también puede ser nuestro peor enemigo.

Castillo de Naipes


La inseguridad. La maldita inseguridad. Es como una brisa de viento que derrumba nuestro castillo de naipes. Un castillo que se requirió tiempo, paciencia y dedicación en su constructo. Lo que no quiere decir que no se puede construir de nuevo. Pero lleva tiempo. La rapidez depende de cada persona.

¿La causa de aquel derrumbe?
Por mil y un factores que pasa como una brisa. Una inesperada brisa. Que siempre estuvo ahí, pero que no se presentó hasta que se terminó de construir la fortaleza. Cuando pensábamos que estaba firme y de que nada la podía derribar.
La inseguridad. La maldita inseguridad. Es la que nos hace sentir de un día caluroso y despejado a una noche nublada y friolenta. De sentirnos el centro de atención como la luna llena en medio de la infinita noche, a ser un simple pez más del infinito océano. Es como una montaña rusa, a veces estamos arriba y otras abajo. Hay dias en que nos sentimos tan seguros de nosotros mismos, pero hay otros, en que nos sentimos tan lo contrario.
La inseguridad. A pesar de ser un conflicto interno, una pelea de pensamientos, se manifiesta de forma física. Que trae como consecuencia incomodidad, inestabilidad. Una golpiza en nuestro ego.
Lo seguro de todo esto es que aquella emoción se presenta cuando hay algo de nosotros que no dominamos, que no controlamos y, a veces, en el peor de los casos, cuando no nos aceptamos. Por lo que no nos queda otra que sí hacerlo. “tu eres el único que vas a estar con tigo mismo toda la vida” y más vale que te aceptes como eres, porque si no… ¡serás inseguro toda la vida! Y eso, si que produce inseguridad.

sábado, 12 de julio de 2008

El mundo de las letras.

Mientras chateaba y veía una pelicula francesa en el TVcable de un escritor, me di cuenta de algo. Me gusta las historia, novelas, peliculas, sobre escritores. Las vivencias de un escritor sumergido en su vida cotidiana, en la urbe y todo lo que implica. Sobre su necesidad de escribir y de como se gana la vida a través de ella. Desde las trasnochadas por trascribir y plasmar sus ideas, hasta ese café humeante mañanero leyendo un buen periodico. El personajes tiene que tener una mezcla de juventud, fasha, estilo y dotes para la escritura, algo o mas bien alguien con quien identificarme. Es así, una especie de Introyección, creo. Y bueno, como se dieron cuenta, me gusta escribir, tengo un alma de escritor, unos de mis hobbie mas entretenidos, porque mi formación es de otra area, Psicología.
Todos podemos ser escritores si queremos, es solo escribir, tan simple como tener a mano un bolígrafo y papel, y para los más avanzados... microsoft Word. A pesar que a futuro voy a tener pacientes, me encantaría publicar libros, varios libros, novelas, cuentos; trabajar en un periodico, para una revista, tener una columna o hacer artículos. Me veo en eso, por ahora me conformo con mis escritos y el blog. En estos momentos me sujeto en el soñar, practicar en fragmentos. Dicha razón hace que me guste las historias sobre escritores. Muchas veces he tenido que aguantar tramas aburridas, soportar series, por el hecho de que había un personaje escritor. El arte de escribir, es el arte de materializar las ideas, los pensamientos. Es traer al mundo de las letras lo subjetivo por medio de un papel... en otras palabras, el arte de las palabras.

Si leen esto, y saben de alguna trama buena que me recomiende, escríbanlo en la sección de comentarios por favor.
Y sin mas, este texto, ha sido publicado.


Diego Ignacio
Escritor de blogs

jueves, 10 de julio de 2008

HABÍA UNA VEZ...



Brujas, demonios, hadas, lagos encantados,
peregrinaciones y aventuras en lo profundo de la noche...
son sólo y nada más que cuentos.
Que desaparecen cuando se llega a la última hoja o simplemente el libro se cierra.



Pero hay cosas en la vida, cosas cotidianas que en su mínima estructura más básica...
SON CONSTRUCTOS MERAMENTE ELABORADO
por la imaginación de los pobres fantasiosos...

CUENTOS, cuentos y más cuentos
[HISTORIAS SIN CONTACTO ALGUNO CON LA REALIDAD]


¿Y vivieron felices para siempre?
.

EL MUNDO ONÍRICO

Llegó lo místico a este Blog.
Es tiempo de soñar, es tiempo de fantasear.
Elevar la inconsciencia.
Desatar lo oculto, liberar lo escondido.
Y dejarte fluir en los sueños todos los deseos & las Añoranzas.

Dulces sueños, apreciado Lector.

INTROSPECCIÓN


Indagando en mis pensamientos, recuerdos, fantasias...
logrando crear solo un torbellino de ideas.



[necesito silencio]

Piedras en el camino


UN CAMINO, UNA VIDA SIN OBSTÁCULOS NO CONDUCE A NINGUNA PARTE

A veces el camino se nos hace largo y no Queremos seguir, avanzar.
A veces la motivación se nos escapa de las manos cuando estamos antes la presencia de obsataculos.
Nos sentimos indefensos y muchas veces desorientados.
no sabemos donde seguir, donde ir.
¿Qué Objetivos? ¿Qué metas? ¿Qué...?

Si te caes una vez será muy terrible, pero lograrás pararte.
Si te caes por segunda vez, te pararás con mas facilidad. Ya aprendiste.
Si te caes de nuevo ya te habrás acostumbrado y no será nada.
Porque ya estarás preparado y tendrás suficientes armas para enfrentar, para combatir.
Porque no serás un guerrero a menos que hayas aprendido a pelear.
Y para pelear se necesita un oponente, un cobarde.
La vida te enseñó lo que sabes y esa enorme roca que presenciaste en un principio no será más que una estúpida piedrecilla que con un puntapie será historia, pasado, y avanzarás.....
más rápido de lo que piensas.

Fobias


0Hippopotomonstrosesquippedaliofobia: Miedo a palabras largas.

De vuelta en Chile... por unas semanas



Después de un cuatrimestre, 16 horas & 2 peliculas, hoy llegué a Santiago.
En unos dias mas, Arica. Quería irme en avión, pero no hay pasajes por ser periodo de vacaciones.
No puedes salir de ninguna parte sin tu buen mp3, un libro y cosas para comer.


Libro: "El bosque de los pigmeos"
termino la trilogía de Isabel Allende

martes, 8 de julio de 2008

Mal dia

Bad day


Pocas cosas me hacen enfurecer, pero hoy fueron muchas.

Mal día.

Sin embargo, hay que agradecer a estas porquerías que pasan, porque a través de estas aprendemos. y aprender es modificar nuestra conducta a través de experiencias pasadas.
Mucha gente dice que cuando te sale algo mal, todo lo que hagas te saldrá mal. Creo que hoy pasó eso. Pero bueno, también dicen que cuando te sale algo mal, quedas susceptible para ver todo mal a pesar que también pasaron cosas buenas. Para eso, hay descentrarse de estar viendo la mancha negra del día y ver las demás cosas. Una visión más global.

Pero no hay dia malo que en 24 hrs No se solucione.

lunes, 7 de julio de 2008

Soberbia


Mucha gente cae en la ignorancia por no prestar oído a los argumentos de los demás. Se sumergen en sus ideas, fortaleciéndolas con pensamientos engreídos, capaces de mirar en menos las otras por el simple hecho de considerarlas “tonterías”, “estupideces” .

¿El resultado?
La creación de un abismo de ignorancia en el que pueden caer en cualquier momento a causa de la famosa soberbia.
El sabio es aquel que escucha y considera las ideas de los demás adquiriendo conocimiento útiles para enfrentar dificultades futuras.

La sabiduría da poder… Y el poder,
ASUSTA A LOS DÉBILES

domingo, 6 de julio de 2008

El Canto de los Sapos


Nada mejor que la tormenta de aquella anoche,

donde la lluvia caía a cántaros, el viento venía con presencia,

los arboles bailaban al ritmo de la naturaleza...
cargada de adrenalina, pavor y potencia.
En donde el cielo se partía en pedazos, gritaba enfurecido,
[ambiente estruendoso]
la atmosfera se iluminaba...
se iluminaba como pequeños cortes circuitos,
todo un circo para nosotros, un buen escenario
donde para algunos, no permite el sueño,
y, para otros... una sensación desconocida.
y cuando todo se tranquiliza, se logra escuchar en el horizonte,
las melodias sinfónicas del coro de los sapos....
croares por doquier,
que finalizan el espectaculo de horror.

NOVATOS "El Gallinero"


En nuestro primer año de universidad nos sentimos como pollitos recién salidos del cascarón que ingresan a un "gran gallinero". Observamos todos tipos de especímenes: pollos de un lado a otros, gallinas seguras de sí mismas y gallos recorriendo las mismas rutas rodeados de pares, y nos sentimos algo desadecuados.

Un año en donde conoceremos nuestro nuevo estilode vida, en las que aparecerán personas donde pasaremos de un grupo a otro, hasta formar el nuestro propio. Estamos pendientes del que pasa, con los cincos sentidos al máximo, queremos conocer a todos, que nos conozcan, integrarnos a la rutina. Preocupados de mostrar un estilo, una imagen. Saludamos a todos con una sonrisa, todos nos caen bien con sus excepciones.
Todo anda bien en un principio, hasta que nos enfrentamos a nuestro gran desafío: el comedor. Una hora consensuada en donde se reúnen la gran masa de estudiantes, provenientes de diferentes partes, representando diferentes carreras, países, reunidos en clanes, charlando y hablando de lo bueno que fueron sus vacaciones, y tú, con suerte conoces a tu propia sombra. Estos estudiantes reunidos y separados en dos lados, los dos extremos del comedor dejando toda una "pasarela" en el medio para que pases y te expongas al escrutinio público; entonces es ahí donde te formulas mil preguntas, si pasas o no, ¡pero tienes que almorzar!, no te pueden incomodar quinientas personas y cinco cajeros. Te cuestionas tu seguridad como un estudiante más y, luego de tres minutos y cuatro personas que pasan al lado tuyo, decides darte media vuelta e irte. Por hoy dejarás que se atrase tu exposición a la farándula. Ese día almorzaste afuera y cenaste en tu habitación. Luego con más seguridad y un grupo de amigos, venciste tu primer obstáculo. Discriminaste a tus amigos de tus conocidos y de las personas "x". Te acomodaste a tu nueva vida cotidiana. Aparecieron los primeros brotes de extrañeza a los familiares y las primeras semanas de estrés de estudio. Pero lo sobrellevaste, sobreviviste. Año finalizado.
Vacaciones. Año entrante.

Todas las vicisitudes que viviste en tu año anterior, te hicieron madurar en cierto sentido, ya no eres el mismo polluelo que entró con inseguridad, ahora ya estas todo un pollo que se maneja bien en los horarios, con las personas, el ritmo de estudio, dominas las direcciones de memoria, ya estas consolidado en un grupo, en una carrera. Te da lo mismo ahora las personas que pasan al lado tuyo. Estas más cómodo, ya sabes a quien saludar y a quién no. Te importa un carajo que opinen de ti, o de cómo salir de tu pieza sin vestirte bien. Dominas al sistema. Entras y sale del comedor cada vez que se te antoja. Ya eres parte de, amigo de, pero una cosa: nunca terminas de conocer gente nueva. Y lo más gracioso es que cuando ves entrar a esos estudiante que por primera vez tocan la universidad, te detienes un segundo y observas, con todas sus valijas, con sus padres, esas caras inseguras, anhelosas, mirando a todo el mundo, tratando de ser agradable, sonriéndole a cada cosa que se mueve, sueltas una leve sonrisa ya que sabes que son los nuevos polluelos… polluelos que ahora ingresan a "tu gallinero". Novatos. Y sigues con el paso. Tu vida.

jueves, 22 de mayo de 2008

Linterna Verde


La verdad es que tengo muchos blogs, pero éste es en homenaje a mi nueva adquisición (sólo los que entiendan el código "Linterna verde", comprenderán). 

Normalmente ante una nueva página, la mayoría de las personas comienzan redactando una bienvenida, unas palabras utópicas, algunas filosofías, o cualquier cosa que se les ocurra para introducir a la lectura de sus lectores. Eso está bien, cada uno escribe lo que mejor se les antoje, y más aún, en Internet, el sitio global más liberal e independiente, donde se publican textos autónomos, con buenas ideas o mierdas incoherentes; Total, estamos en un siglo globalizado de “libre expresión” donde el factor autonomía, es esencial.