[NO CONCTADO]
sábado, 6 de diciembre de 2008
CONTRA LAS ARENAS DE CRONOS
[NO CONCTADO]
jueves, 27 de noviembre de 2008
Dedicado para mi amigo "EL PAYASO"
Muchas veces jugamos a las escondidas. Uno cuenta y todos los demás se van a esconder en lo primero que ven y en lo que consideran “un buen escondite”. Algunos detrás de un árbol, otros debajo de un auto y muchos otros, detrás de una apariencia. Nos escondemos de nosotros mismos, nos escondemos para que no nos encuentren, para no mostrarnos tal cual somos. Lo hacemos para sentirnos protegidos, tranquilos (aún siendo una simple tranquilidad precaria), detrás de un “antifaz”, una vil máscara para resguardar nuestra identidad... una forma para no permitir que la gente nos conozca del todo; para confundir al espectador, para tener el control, para no estar vulnerables, para no recordar la inconformidad de tu persona…
Pero, ¿Que sucede? ¿De qué te escondes? ¿Por qué no dejas que la gente logre verte? ¿Qué hay de malo en ti? ¿A que le temes?...
Son las preguntas que debía responder un payaso. Un amigo.
¿De tantos disfraces, por qué de payaso? ¿Crees que es lo suficientemente bueno para lograr esconderte? Al parecer sí. Un payaso triste me dices tú, uno radicalmente diferente a los otros… pero, ¿No es que su función es hacernos reír? ¿Hacer tonteras?, entonces, ¿Por qué uno triste? ¿Por qué no quieres ser uno convencional? Es fácil: "no quieres sentirte obligado a actuar para ellos, como ellos quieren que actúes"…[interpretación analítica]
¿Crees que a través de esa extravagante peluca y kilos de maquillaje no podrán ver a la verdadera persona que se encuentra escondida detrás? La forma de payaso es una manera segura de ocultarte, guardarte, y que, con cualquier otro disfraz, sentirías que no bastaría para lograrlo… ¿cierto?
Lo del payaso es un detalle, solo una manera concreta de cubrirte, un medio para manipular las apariencias…
Es verdad, en muchas ocasiones no admitimos cosas, porque no nos gusta como suenan, no mostramos todo, porque no nos gusta cómo se ven. No dejamos salir a la superficie toda la verdad, porque nos produce malestar… buscamos como dices tú, escudos más aptos, mas estabilizadores, para poder seguir caminando en esta vida; así nos sentimos más tranquilos, porque les mostramos a los otros algo agradable, porque nos mostramos a nosotros mismos algo más agradable. Somos atractivos, encantadores o, simples disimuladores. Pero cuando nos detenemos un rato… sabemos que no lo somos, sino que fuimos un payaso más todo el día, una marioneta social, un juguete creado por nuestra imaginación, un auto-retrato con sobre montajes y que, cuando cae la noche y todos se van a sus casas, cuando logramos estar solos, es ahí donde se acaban nuestras caretas, es ahí donde nos sacamos la extravagante peluca, nos quitamos el pintoresco maquillaje, es ahí donde logramos dormir, porque es recién ahí, donde nos encontramos. Nos miramos al espejo y sabemos lo que vemos, a nosotros… nosotros mismos, sin maquillaje, sin peluca, sin caretas… alguien indefenso que se oculta para que no lo encuentren, pero que, tarde o temprano, lo hacen…
“1, 2, 3…. ¡Por mí y por mis compañeros!”…
(Esto está escrito para todos los que usan disfraces confortables en sus vidas. Apariencias en el día y tristezas por la noche… pero sobre todo, esto esta escrito para ti, mi buen amigo “el payaso”)
[No te preocupes, ¡Animo!, con la ayuda de Dios lograremos para siempre, guardar ese disfraz en el armario, dejarlo ahí y no sacarlo más]
domingo, 26 de octubre de 2008
PLACERES FREAK
Los placeres convencionales para algunos son el chocolate, el dormir, el sexo, la comida, un baño de tina y los placeres culpables: el alcohol, el tabaco, la velocidad, de vuelta el chocolate, etc. Sin embargo, existe un mundillo paralelo a este, regido por el mismo principio: “El placer”.
Los placeres freak son deleites de gran valor para el sujeto, pero cómico para el resto de las demás personas. Por eso se mantiene guardado bajo la privacidad, solo contado a los más cercanos en esos momentos donde el ambiente es grato y se cuentan cosas graciosas, y uno quiere contar lo más estúpido que le ha pasado o ha hecho, y viene otro que lo quiere superar… y así.
Ahora, escribiré algunos que me fueron contados bajo confidencia, pero que me permitieron narrarlo en este blog. Por eso, para guardar su identidad ante el escrutinio público, sus nombres serán remplazados por símbolos, pero sus placeres expuestos de forma abierta ante ustedes a modo de ejemplo.
Este es el caso de paz, una chica que le encanta desde pequeña, cuando va a casas ajenas, morder jabones. Le encanta morderlos, pero dejó bien en claro que no cualquiera, sino los que tienen colores más llamativos y rico olores.
Alegría, disfruta tocar cabellos de otros, meter su mano por el cuero cabelludo y acariciarlo. No obstante, también dejó en claro, siempre y cuando se vea limpio y sedoso.
Pereza, que me relató algo, no sé si bien es un placer freak o un capricho adrenalínico, pero lo cuento igual. Le gusta cuando va caminando por la ruta, acostarse rápidamente en ella, antes que pasen los autos.
¿Consideran que son suficientemente "freak"? No lo creo, si ustedes tienen alguno, de seguro que sí, o más de uno, y creen que pueden superar a los anteriores, escríbanlo con toda confianza en la sección de “comentarios”. Ahora, si les da mucha vergüenza, ponga la opción de “anónimo”. Veamos cuan "Freak" pueden ser sus placeres...
Mesa para uno
Cuando te desligas de los demás, cuando aprendes a no depender de otros para pasarlo bien, cuando cortas el cordón umbilical y sabes realmente que significa “independencia”, cuando aprendes a desconectarte del mundo… es ahí donde comienza la belleza de la soledad. La libertad de hacer lo que quieras en función de tu criterio. Más tiempo para leer, más tiempo de ver películas con enigmas y poder retroceder todas las veces que quieras hasta entender la escena, más tiempo para organizarte, para el estudio, para escribir, para el arte, y todo lo que a uno se le ocurra. Más tiempo para reflexionar, conocer nueva gente, recurrir a los amigos que dejaste en espera en la tintorería y disfrutar de su compañía, de ir en tu vida a la frecuencia y velocidad que más me apetece. De estar más callado, y escuchar lo que hay en el entorno… y comprenderlo.
Es así, necesitamos tiempo para compartir y tiempo para nosotros mismo. Cuando estamos constantemente con los demás tendemos a olvidarnos de nuestros momentos a sola. Cuando estamos solos, retornamos a las actividades que habitualmente no hacemos rodeado de individuos, o por lo menos, no le dedicamos el tiempo necesario. Pero cuando pasamos mucho tiempo en soledad, extrañamos a los otros. Y nos vamos saltando de polo en polo. Hasta que encontramos el punto medio, la línea ecuatorial, cosa que es mucho más satisfactorio. Pero algunos, como yo, suelen ser algo más extremistas. Por lo que recurro de vez en cuando a escaparme de la sociedad, de su ruido y refugiarme en el Tíbet yoico. Pero no hay que ser cínicos, mucho rato en soledad aburre, por lo que vuelvo a integrarme a la masa, lo que muchas veces, como consecuencia, encuentro algunos cambios. Pero me adapto, como lo hecho siempre. Sin embargo, en estos momentos disfruto de una mesa para uno.
sábado, 4 de octubre de 2008
1+1= 2 Décadas
¡Veinte años!… ¡veinte años!… ¿será necesario repetirlo varias veces para creerlo? No es nada. Todavía un impúber. ¿O ya debería empezar a reconocerme como un adulto?... es ambiguo el sentimiento. Me siento y me comporto muchas veces como un infante, pero por otro lado, veo que se aproximan presiones sociales desde el oriente y poniente para situarme como alguien que ya tiene responsabilidades.
Entré a una especie de crisis sutil. No es el hecho de la edad en sí, sino la forma en que transcurre el tiempo. Hasta ayer, el ayer, me encontraba jugando en la tierra, imaginando realidades efímeras, dando vida a objetos inanimados, deduciendo cosas más allá de la razón, como que el sol se escondía para descansar en las profundidades del mar cuando observaba los atardeceres en la costa, cuando solía preparar estrategias para atrapar a papa Noel en Nochebuena sin resultado alguno, cuando abría un obsequio y lo hacía con ansias para ver que juguete era , cuando aún estaba apto para saltar en las camas saltarinas y tirarme por los toboganes, cuando vivía en mi burbuja infantil, y ahora, me sometía al presente. Veinte años. Que en realidad se siente que fue menos por todo este tema psicológico de la amnesia infantil.
…Ya era algo tarde, de una manera persuasiva dejé que el tiempo se despidiera, y otra, se quedara. Al día siguiente, fue un día como cualquier otro, con la diferencia que caminaba con un año más encima. No obstante, desperté algo choqueado, en un sentido figurado. Sabía “objetivamente” que tenía veinte, pero aun sentía que me encontraba parado en la década anterior. Cada abrazo del día, cada felicitación, cada saludo, fue una manera de hacerme aceptar la realidad. Una forma de no olvido y refuerzo para que tu “yo” comience a internalizar y a identificarse como alguien que ya está en la era veinteañera.
Es gracioso, desperté aquel día algo incómodo, algo susceptible, con la sensación que tenía en la frente impregnado un cartel que anunciaba mi cumpleaños, pensando que cada extraño que pasaba lo percibía. De algún modo esperas que todos se acuerden de tu día, pero al final recuerdas que solo tus verdaderos amigos y familiares son los que lo tienen resaltado en el calendario. Fue recién al día subsiguiente que desperté con una sensación más calmada y agradable. Encontré el sol más brillante que otros días y respiraba un aire diferente, ese aire que solo se respira a los veinte. Ahora oficialmente puedo decir que tengo dos décadas.
Aquí es donde realmente comienza la verdadera vida. Un nuevo nacimiento. Solo este giro repentino, crea un poco el desequilibrio. De los veinte hacia atrás, fue solo una especie de entrenamiento de desarrollo fisiológico-evolutivo-cognitivo-emocional, para poder entrar a una realidad distinta, a una realidad que solo se da después de los veinte, una que aún desconozco, pero que se irá dando de forma paulatina. Acá es el comienzo de grandes cosas… desde ahora y desde aquí…ya abandoné para siempre los diecitanto… comencé una nueva década.
Esta ante mi presencia el inicio de un nuevo mundo… visualizo, estructuro, imagino… cómo será estos diez años por venir… este es la época, en donde los tres tiempos se mezclan, sigo viviendo el presente de una forma igual al ayer, sobrellevando un duelo por el pasado, y proyectando de forma anhelosa las vicisitudes del futuro.
Las velas han sido sopladas y los deseos pedidos… y la vida continúa tal cual como hace 24 horas atrás. Hoy me preocupo de seguir, de avanza, de reconocer que ya tengo veinte años, de las cosas simples y detalladas. Pero eso sí, ya tengo una cita a medianoche del próximo veinticinco de septiembre, cuando el tiempo vuelva a tocar a la puerta, solo que esta vez, será esperada, protocolar y cortés.
Si este ensayo fue para los veinte… imagínense para los treinta… jajaja
Las veinte velas han sido apagadas.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
Encantos do Brasil
Sao Pablo. Zona rural. Siglo XX, a pasos del siguiente milenio. Rodeado de verde y más verde, ante la presencia de gente extraña hablando un idioma extraño. Ahí fue donde conocí a Jack, el rottweiler, el primero que vi en la vida; a ese gigantesco saliendo debajo de la mesa de aquel particular restaurant, con su enorme cabeza y sus tres distintivos pelos blancos a la altura de la sien, haciendo que saltara tres pasos hacia atrás por el susto. Aquellas inolvidables veces donde el muy miserable se recostaba en la escalera para no dejarme subir y, en ocasiones, bajar...
Vuelvo a mí. Estoy frente al notebook tecleando los últimos puntos, cuando se viene otro episodio.
Clima templado. Lluvia primaveral, en su declive se desprende un exquisito olor a selva húmeda y el chucherío a la distancia de las aves. No puedo dejar atrás esas dos cuadras que caminaba en busca de una choza entretejida de paja y bambú, donde disfrutaba un litro de aquel extracto de caña de azúcar. A solo un “Real”. Algo tan rudimentario pero a la vez tan tecnológico, esa vieja y oxidada máquina que estrujaba aquellas cañas y que daba como resultado un concentrado no apto para diabéticos.
Esas golosinas que sacaba del estante con el único fin de obtener los sticker y así coleccionar los personajes de la Warner Bros que tarde o temprano perdía.
Las innumerables ocasiones en que me escapaba a jugar playstation a un local donde lo único que me lograban entender eran los juegos que le indicaba con el dedo para jugar. Aquella señora, dueña del recinto, mujer no más de cuarenta años, de tez achocolatado y cabello trenzado, que irradiaba alegría, en donde continuamente mostraba su juego dental algo deteriorado sin los jugadores delanteros, no obstante, su sonrisa primordiaba.
Y para finalizar, la vez donde nos íbamos camino al aeropuerto, para darnos cuenta allá que nuestro avión estaba ya a más de mil pies de altura. Pobres de ellos que tuvieron que pagar dólares de más para cambiar el pasaje, bien de mí que tuve, junto con el resto, que quedarnos tres benditos días más en aquel exótico lugar. Y la rutina… ustedes ya lo saben.
Sol, palmeiras e praias... sejão bem vindos a Brasil
domingo, 31 de agosto de 2008
Noche de Melancolía
La noche estaba sensacional. Pedí unos minutos para estar afuera. Me sentía algo melancólico por alguna razón que no comprendía. Quería estar por un momento solo, pero no apartado. Nada mejor que a las afuera de una noche cálida con brisas frescas. Una instancia para estar solo, para pensar en nada, para hacer nada, distraerme de las cosas, en donde la sensación del viento renovaba… relajaba. Quería hablar con alguien, pero a la vez quería estar en silencio, quería que alguien me ayudara a hacer introspección, pero a la vez no quería que nadie se entrometiera en este sentimiento. Uno que al parecer, suele ser rechazado por los demás, pero que ocasiones es algo necesario. La necesitaba para detenerme, desacelerarme, interrumpirme por un rato en el tiempo y pensar, para indagar, para estar conmigo y no estar ocioso, para extrañar, para anhelar, para conectarme con algunos detalles, para disfrutar de la naturaleza, para inmiscuirme en una noche cálida de brisas frescas, y recordar cuanto me gusta la fuerza del viento en una noche así, para darme cuenta a quien recurrir en estas situaciones y saber que hay alguien con quien compartirlo, alguien que sabes que no interrumpirás su continuo movimiento, en sus asuntos, por mas amigo o conocido que sea, alguien a quién, por confianza, demostrarle un momento de vulnerabilidad y saber que va a estar feliz que accedas a ella, alguien que sin importar lo que haga o la distancia, va a estar disponible a tus caprichos y siempre con una palabra de aliento, por más insignificante que sea el tiempo disponible.
“Nada como una buena noche cálida y ventosa para inspirar algunos versos. Dios creó este mundo perfecto y aunque ya no lo es más, la naturaleza me hace pensar que un día lo será otra vez…”
mensaje de texto, 23:38 hrs.
Y fue así como seguí por unos momentos más en esta melancolía aunque ya algo desvanecida, gracias al viento que despeja mis ideas y se lleva consigo las tristeza, al interés existente de esta persona y al silencio teñido del sonido de la noche, que logra socavar al ruido del dia y darme el espacio para meditar de algunas cosas. Y después de un rato, quebranté la instancia de la soledad y continué con mi vida… me incorporé a mi amigos, volvimos a hablar de tonterías y cosas graciosas, sin mencionar los minutos anteriores, ver una película y dormir…
martes, 5 de agosto de 2008
Bochorno en París
Santiago
Lo siento, he llegado. luego les sigo contando... tengo que avanzar con la gente para desocupar espacio, esa que hace un instante, estuve visualizando. Me dirijo a plaza Egaña, con convinación 4... me cambio de metro...
Alberdi
Después de pasar todo el día en ese lugar y de haber comprado algunas cosas, una mujer no más de cincuenta años, estaba (me incluyo) esperando junto a otras personas, la llegada de las lanchas. Le pregunté a que hora llegaban las lanchas, y después de contestarme que no tenía la menor idea, pero que ya deberían haber llegado, me preguntó extrañada, por mi acento, de dónde era y, posteriormente, me comentó que tenía un enorme parecido a su hijo mayor. Muy simpática la señora, conversamos todo el trayecto de vuelta. Luego se ofreció llevarme al lugar donde me quedaba a alojar, pero al decirle que que prefería caminar unas cuadras del puerto para ir al centro de la ciudad, amablemente, se dispuso a llevarme hasta allá. Al bajarme del vehículo, me dijo que escuchara la una frecuencia "X" de la radio (que la dirigía su hijo) porque me iba a mandar saludos, y, sin más, se despidió. conducta recípreoca por mi parte.
Nunca escuché la radio, ni supe de esta mujer y, viéndolo desde ahora, me da un poco de risa; no sé cual era las intenciones de esta mujer, sin embargo, prefiero pensar que se debió a mi gran parecido a su hijo y su buena disponibilidad. De todas maneras, le envío un cordial saludo desde esta página, por su simpatía y amabilidad.
domingo, 13 de julio de 2008
El Sueño ¿Tu peor enemigo?
Ahora... nos costará salir de este sueño exquisito... confortante. Nos atrapó completamente y, a pesar que a veces logramos zafarnos, nos despertamos y miramos el reloj. No obstante, logra seducirnos de vuelta y nos persuade con otros "cinco minutos más" ... [como si cinco minutos más, fueran cinco horas]. Asi mandamos al carajo todas táctica que planeamos al principio: las dos tazas de café doble, la cafiaspirina o cualquier sustancia que evite la producción de melatonina. Pero, ¿habrá que rendirse? ¿perder el parcial o que nos vaya mal por no estudiar? (aunque no se debería estudiar de noche).
De todos modos lector, que descanses ... mientras puedas.
Miedo
El miedo nos paraliza, nos hace sentir inferiores a alguien o a algo, que muchas veces no vemos, que no sabemos si existe o no. “la humanidad le teme a lo desconocido”. Hasta los más poderosos e inmunes, el miedo los hace vulnerable. Vulnerable a lo que no se puede luchar. Y lo peor de todo es, que el miedo, no es algo que vemos u oímos, sino algo que sentimos. No es algo que podamos combatir externamente, sino internamente. Sin embargo, se puede percibir en el exterior. Se huele, se siente. Muchos dicen que el cerebro es nuestro mayor aliado. Nuestra mejor arma de combate. Y yo digo, que si se lo propone, también puede ser nuestro peor enemigo.
Castillo de Naipes
Lo seguro de todo esto es que aquella emoción se presenta cuando hay algo de nosotros que no dominamos, que no controlamos y, a veces, en el peor de los casos, cuando no nos aceptamos. Por lo que no nos queda otra que sí hacerlo. “tu eres el único que vas a estar con tigo mismo toda la vida” y más vale que te aceptes como eres, porque si no… ¡serás inseguro toda la vida! Y eso, si que produce inseguridad.
sábado, 12 de julio de 2008
El mundo de las letras.
Todos podemos ser escritores si queremos, es solo escribir, tan simple como tener a mano un bolígrafo y papel, y para los más avanzados... microsoft Word. A pesar que a futuro voy a tener pacientes, me encantaría publicar libros, varios libros, novelas, cuentos; trabajar en un periodico, para una revista, tener una columna o hacer artículos. Me veo en eso, por ahora me conformo con mis escritos y el blog. En estos momentos me sujeto en el soñar, practicar en fragmentos. Dicha razón hace que me guste las historias sobre escritores. Muchas veces he tenido que aguantar tramas aburridas, soportar series, por el hecho de que había un personaje escritor. El arte de escribir, es el arte de materializar las ideas, los pensamientos. Es traer al mundo de las letras lo subjetivo por medio de un papel... en otras palabras, el arte de las palabras.
Si leen esto, y saben de alguna trama buena que me recomiende, escríbanlo en la sección de comentarios por favor.
Y sin mas, este texto, ha sido publicado.
Escritor de blogs
jueves, 10 de julio de 2008
HABÍA UNA VEZ...
EL MUNDO ONÍRICO
INTROSPECCIÓN
Piedras en el camino
A veces el camino se nos hace largo y no Queremos seguir, avanzar.
A veces la motivación se nos escapa de las manos cuando estamos antes la presencia de obsataculos.
Nos sentimos indefensos y muchas veces desorientados.
no sabemos donde seguir, donde ir.
¿Qué Objetivos? ¿Qué metas? ¿Qué...?
Si te caes una vez será muy terrible, pero lograrás pararte.
Si te caes por segunda vez, te pararás con mas facilidad. Ya aprendiste.
Si te caes de nuevo ya te habrás acostumbrado y no será nada.
Porque ya estarás preparado y tendrás suficientes armas para enfrentar, para combatir.
Porque no serás un guerrero a menos que hayas aprendido a pelear.
Y para pelear se necesita un oponente, un cobarde.
La vida te enseñó lo que sabes y esa enorme roca que presenciaste en un principio no será más que una estúpida piedrecilla que con un puntapie será historia, pasado, y avanzarás.....
más rápido de lo que piensas.