

Después de pasar todo el día en ese lugar y de haber comprado algunas cosas, una mujer no más de cincuenta años, estaba (me incluyo) esperando junto a otras personas, la llegada de las lanchas. Le pregunté a que hora llegaban las lanchas, y después de contestarme que no tenía la menor idea, pero que ya deberían haber llegado, me preguntó extrañada, por mi acento, de dónde era y, posteriormente, me comentó que tenía un enorme parecido a su hijo mayor. Muy simpática la señora, conversamos todo el trayecto de vuelta. Luego se ofreció llevarme al lugar donde me quedaba a alojar, pero al decirle que que prefería caminar unas cuadras del puerto para ir al centro de la ciudad, amablemente, se dispuso a llevarme hasta allá. Al bajarme del vehículo, me dijo que escuchara la una frecuencia "X" de la radio (que la dirigía su hijo) porque me iba a mandar saludos, y, sin más, se despidió. conducta recípreoca por mi parte.
Nunca escuché la radio, ni supe de esta mujer y, viéndolo desde ahora, me da un poco de risa; no sé cual era las intenciones de esta mujer, sin embargo, prefiero pensar que se debió a mi gran parecido a su hijo y su buena disponibilidad. De todas maneras, le envío un cordial saludo desde esta página, por su simpatía y amabilidad.
1 comentario:
Hola , primero gracias por invitarme a tu blog , esta muy bueno .
Me gusto la historia de la señora , yo creo que la señora no tenia otra intencion mas que ayudarte , porque te vio como asu hijo . al menos eso percibi yo al leer tu historia.
que estes bien y sigue escribiendo lo haces bien ... :)
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