Nada mejor que la tormenta de aquella anoche,
donde la lluvia caía a cántaros, el viento venía con presencia,
cargada de adrenalina, pavor y potencia.
En donde el cielo se partía en pedazos, gritaba enfurecido,
[ambiente estruendoso]
la atmosfera se iluminaba...
se iluminaba como pequeños cortes circuitos,
todo un circo para nosotros, un buen escenario
donde para algunos, no permite el sueño,
y, para otros... una sensación desconocida.
y cuando todo se tranquiliza, se logra escuchar en el horizonte,
las melodias sinfónicas del coro de los sapos....
croares por doquier,
que finalizan el espectaculo de horror.
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